Philadelphia es un film norteamericano que tiene por principal eje la discriminación. A pesar de ser una historia ficticia, hoy más que nunca retrata la realidad en muchos países

lunes, 27 de junio de 2011

Conflicto interno y régimen deóntico profesional

¿Qué es un ideal, una creencia o un principio?

        Las palabras anteriores se utilizan comúnmente para referirse al conjunto de valores y convicciones que una persona ha hecho propios y sobre los cuales enfrenta los problemas (a menudo de carácter ético) a los que se enfrenta diariamente. De acuerdo a lo que dicte su conciencia, serán las ideas fundamentales personales por las cuales se rige la conducta y/o el pensamiento de un individuo, ya que son acogidos fervientemente por el individuo como algo cierto o correcto. En la ética, los principios serán utilizados para que la persona pueda calificar de mala o buena una conducta. Así, las conductas serán diversamente clasificadas dependiendo de los principios que tenga cada persona. En otras palabras, estos ideales se manifiestan en el  ámbito subjetivo, ya que la ética será siempre personal, y a pesar de que existan máximas universales, la reproducción de éstas en un individuo será siempre auténtica y única, pues la ética es intrínsecamente personal.

Ahora bien, el conflicto personal aparece cuando una persona ingresa al ámbito profesional, ya que es una instancia en la que existe un código ético que dicta la conducta correcta que debe tener un individuo en este aspecto. Es justamente en este contexto, cuando las personas se ven enfrentadas a las situaciones más difíciles, pues deben abandonar los ideales y creencias que practican diariamente y que dictan sus acciones en sus vidas privadas, pues el profesional debe mantener una actitud neutra, para poder desempeñarse de buena forma en su profesión, evitando juicios de valor innecesarios en los que posiblemente incurriría, si estuviera desenvolviéndose dentro de su vida privada.
En la siguiente escena, se muestra de forma clara la opinión reacia del abogado Joe Miller en relación a la homosexualidad:




Llegamos entonces al conflicto de mayor relevancia dentro del film, en el que el abogado Joe Miller pasa por un conflicto interno al momento de tomar conocimiento del caso, cuando el protagonista acude a él en busca de ayuda y representación. En primera instancia, y al verse enfrentado al problema que le relata su cliente, el abogado no es capaz de separar la ética personal de la ética profesional, pues su prejuicios se encuentran demasiado arraigados en él, explicándolo personalmente aludiendo a la clase de educación que tuvo a lo largo su vida, donde los homosexuales le eran presentados como personas perversas que presentaban una amenaza para la sociedad. En la escena siguiente, se ejemplifica la negativa y discriminación que sufrió Andrew al entrar a la oficina del abogado en busca de ayuda.


Sin embargo, al presenciar la discriminación de la que era víctima Andrew Beckett debido a su enfermedad, se da cuenta de que en definitiva, la opinión propia que tiene de los homosexuales es irrelevante, pues el tema de fondo es el hecho de que la ley ha sido quebrantada por la firma de abogados, quienes han despedido a Andrew ilegalmente. El abogado es capaz de superponerse a este conflicto personal de homofobia por el que atraviesa, pues se da cuenta que existe un interés superior, un objetivo último, el cual es restablecer la justicia que ha sido vulnerada por una práctica ilegal y por lo demás antiética, como es el despido basado en la homosexualidad y/o enfermedad, lo que le permite desligarse de sus prejuicios y actuar de forma incondicionada. Podemos decir entonces, que Joe Miller ha cumplido con el artículo 1º del Código de ética profesional del colegio de abogados, en tanto 
El abogado debe tener presente que es un servidor de la justicia y un colaborador de su administración; y que la esencia de su deber profesional es defender empeñosamente, con estricto apego a las normas jurídicas y morales, los derechos de su cliente”.

En relación al mismo tema, el artículo 6º del mismo cuerpo normativo reza:
 “El abogado tiene la libertad para aceptar o rechazar los asuntos en que se solicite su patrocinio, sin necesidad de expresar los motivos de su resolución, salvo en el caso de nombramiento de oficio, en que la declinación debe ser justificada(…).En suma, no deberá hacerse cargo de un asunto si no cuando tenga libertad moral para dirigirlo”.
El abogado ha alcanzado esta libertad moral al comprender y vislumbrar que existe un interés último en el asunto (justicia) y al lograr la independencia y separación de las creencias y tabúes propios, con la práctica profesional del abogado.
A continuación, una escena en donde se aprecia el profesionalismo con el que efectúa la apertura del juicio el abogado Joe Miller:

1 comentario:

  1. Acabo de analizar el mismo film. Los aportes en materia legal no tienen precedentes en la exposición.
    Mis felicitaciones.

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